En abril de 1930, Cabanillas
acudiu a Madrid para asistir como representante da lingua galega ás sesións da
Academia e desde alí escribe a Enrique Peinador para darlle conta das rexoubas
da política madrileña.
CONFIDENCIAL
EL SECRETARIO
DE LA SECCIÓN GALLEGA
EN
LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Sr. Don Enrique
Peinador Lines
Mondariz – Balneario
Querido
Enrique: Estuve en casa de tu madre, en donde todos están bien, y entregué la
medalla de la Franqueira
que ha gustado mucho.
Del
nombramiento de alcaldes todavía no se sabe nada porque en Gobernación llevan,
ahora, eso con una gran reserva. Parece que los referentes a la provincia de la Coruña se conocieron con
anterioridad a la firma de las Rs. Os. Y se armó la gorda con los telegramas de
Galicia pidiendo anulaciones y rectificaciones. Mi impresión es que ahí no
habrá nombramiento: sé que tu petición está anotada. Ayer me dijo la señora de
Viguri que Matilde León y su hermana eran amigas de Carmen Bugallal, la señora
de Barrón: éste está muy preocupado con una probable oposición en Puenteareas y
no me sorprendería que tratase de acercarse. Leí, y me chocó, que está nombrado
secretario del Juzgado de 1ª instancia de Puenteareas, Ricardo Chantrero, un
amigo mío, casado con una sobrina de una tía política mía: digo que me chocó
porque no creo que Sestelo, a sus años, cambie la residencia.
El lunes
pasado, en el Palace, donde almorcé con González Parra, me saludó Don Gabino y
con él se acercó García Durán que me dijo que su hermano Raul será el alcalde
de Mondariz.
El
bugallalismo, en la opinión, en los círculos, en las academias, en todas
partes, está tenido en poco: todo el mundo crée que es una cosa muerta, pese a
esta galvanización del momento. Ayer he visto reir a varios señores graves
comentando la noticia de que el buen Don Gabino hablará en el mitin de
afirmación monárquica en la plaza de Toros: nadie lo crée. Los gallegos con
quien hablé, políticos y no políticos, convienen en que si este Gobierno hace
las elecciones (que no las hará o las hará a principios del año próximo) y si
se entrega en la extensión que hasta ahora le concedió al bugallalismo, es
necesario darle la batalla con todas las armas en acción conjunta: he visto,
por mis propios ojos, una carta de Cambó que tiene esta pregunta “¿pero, es
posible que en Galicia se tolere todavía a Bugallal?” Cábalas políticas, a
montones. Encasillados, producto de imaginaciones acaloradas, a centenares.
¡Qué habrá de cierto en ello, que Berenguer dijo ayer a un amigo íntimo que, hasta
la hora presente, no se había ocupado ni mucho ni poco ni nada del asunto!
Solamente por curiosidad te voy a dar unos nombres que oigo citar con
insistencia: Pontevedra, Emiliano, Raymundo, Portela, Pedro Sangro. –
Puentecaldelas, Portela, Antonio Casas, Barros de Lis, Sanz de Vicuña. –
Cambados, Garra, Creixell, Meillán, Paratcha, Juanito Gil Armada, Marqués de
Santa Cruz. – Tuy, Ordoñez, Portela, Basilio y un candidato tapado de
Berenguer. – Estrada, Vicente, Sangro. – Puenteareas, Barrón, Don Gabino. Amado
Garra, Emiliano, Portela, Calvo Sotelo. – Lalín, Sanz de Vicuña, Calvo Sotelo,
Jorge Quiroga, Cavalcanti, etc, etc. Con los mismos nombres y con otros las
variantes figúrate a que número llegarían. Y esto sin contar con que todavía no
comenzaron a moverse los constitucionalistas, los melquiadistas, los
autonomistas, los laboristas y los primoriveristas. Los laboristas son los que
seguirán a Martínez Anido, entre los que figura Castelo (Pepín Ramiranes) que
me pidió la firma para un manifiesto. Como verás, hay para reir un rato.
Tormo está
bastante delicado: persona veracísima me dijo que se había sometido a un
régimen de ayuno para adelgazar y que se había puesto un poco raro: se levanta
a las cinco y media de la mañana y, en pelo y a pié, se marchaba a Puerta de
Hierro. Lo he visto y saludado el día de la recepción de Rubió y Lluch y quedé
de ir a verlo en el Ministerio, pero sus viajes relacionados con los
nombramientos de rectores no me permitieron hallarle. Se dice que durará poco.
Estuve en el negociado de Contabilidad: no halle al señor Larra. La impresión
allí es que esa y otras obras se demorarán hasta que la baja de la libra
consienta la movilización de las pesetas: no hay que olvidar que estamos en
plena dictadura económica.
Estuve en la
recepción de Peña en la Academia de Medicina (mucha y buena gente y un lleno de
estudiantes) y allí encontré a tu hijo que está muy bien y en la secretaría
particular de Romanones.
Nuestras
sesiones se cerrarán con la de mañana.
Sabes cuanto te
quiere tu buen amigo
Ramón
Abril, 1º
Este envío confidencial
pon de manifesto a rede clientelar que administra a designación dos cargos
públicos no primeiro terzo do século XX: alcaldes que veñen predeterminados
antes da publicación dos resultados oficiais, candidatos postos a dedo polos
caciques locais, as forzas vivas aliándose para impedir a entrada nas
institucións dos candidatos alternativos...
Enrique Peinador tamén
declara as súas preferencias sobre quen debe presentarse como candidato polo
concello de Mondariz. A solicitude segue o seu curso e Cabanillas informa que Manuel
Barrón, representante bugallalista por Ponteareas, talvez procure un
achegamento a Peinador por medo a non renovar o escano como deputado.
O bugallalismo, porén
manter as redes clientelares que garanten o control local, comeza a ser visto
como un poder esmorecente (Gabino Bugallal faleceu en 1932) e mesmo os aliados
conservadores no parlamento téñeno por unha pexa para os seus intereses.
Pola capital comezan a
correr as relacións cos nomes dos candidatos conservadores para as eleccións
municipais. Non obstante, Dámaso Berenguer, sucesor de Primo de Rivera, non elaborou
aínda as candidaturas.
Ao cabo, as eleccións
celebráronse o 12 de abril de 1931, logo da dimisión do xeneral Berenguer en febreiro,
provocando a caída da monarquía desautorizada polos resultados favorables para
a República.
Pero antes diso, como
anota Cabanillas na carta, as familias políticas representadas na ditadura procuran
mover as pezas para situarse en posición vantaxosa diante da nova situación que
albiscan e que había esborrallar temporalmente o seu poder.